sábado, 29 de enero de 2011

"ARTE POÉTICA" DE BORGES POR MIGUEL ZAPATA FERREIRA (COLOMBIA)




El presente trabajo comenta algunos elementos formales del poema "Arte poética" del escritor argentino Jorge Luis Borges, publicado dentro de Antología personal en 1961, para tratar de llegar a una síntesis no sólo de los elementos formales, sino también de los elementos temáticos.

La primera impresión que causa la lectura de este poema de Borges "Arte poética" es su forma. Un rápido vistazo parece revelar que se trata de simples cuartetos endecasílabos de rima consonante con la estructura ABBA. Y en realidad, no hay duda de que, por ejemplo, en el primer cuarteto, "agua" rima con "agua" consonánticamente, lo mismo que "río" con "río." Sin embargo, al observar la rima más de cerca, se cae en la cuenta de que a lo largo de todo el poema, se trata de las mismas palabras rimadas. Es decir, la última palabra de los versos  primero y cuarto de cada cuarteto son las mismas, al igual que las de los versos segundo y tercero. Así que esta forma estrófica es nueva en la poesía en español (o por lo menos tiene una forma que yo no he podido encontrar en los manuales).

Si se procede de ahí, es lógico que la siguiente pregunta sea: ¿Por qué Borges decidió resaltar esas palabras? Evidentemente se pueden ensayar muchas respuestas, pero llama la atención que la afirmación de arriba, que las palabras eran las mismas, era falsa: lo son sólo en apariencia. Dicho de otro modo, aunque las palabras tengan el mismo significante, sus significados son diversos, y no se trata de una simple paranomasia. Estos significados se mueven entre su denotación y su connotación, entre su significado referencial y su significado metafórico, entre la monosemia y la bisemia o polisemia. O sea que desde este punto de vista formal, la estructura fonológica del poema es ya una reflexión acerca de la naturaleza del lenguaje. Es un juego mágico de crear significados distintos a partir de elementos conocidos o aparentemente idénticos.

Por ejemplo, en el primer verso del primer cuarteto "mirar el río hecho de tiempo y agua", aquí "agua" tiene su significado primario referencial de líquido, elemento material de la naturaleza que forma ríos, mares, etc. Sin embargo, "agua" en el cuarto verso de ese mismo primer cuarteto, "Y que los rostros pasan como el agua",  tiene un significado metafórico: lo intangible, efímero, fugaz. Ahora bien, ese significado de "agua" en este cuarto verso es personal, es producto de la creación del poeta ―o producto compartido entre la creación del poeta y la interpretación experiencial del lector, o sólo del lector. Pero sea cual fuere el enfoque de lectura, no hay duda de que se trata de un sema nuevo aunque igual en significante: he aquí la creación, la naturaleza mágica del lenguaje que Borges revela. 

Si se observan las palabras rimadas en todo el resto del poema, se encuentra el mismo principio: significantes iguales con distintos significados. Por ejemplo en: "saber que el tiempo es otro río", aquí “río” tiene su significado primario de corriente de agua; mientras que en "saber que nos perdemos como el río", aquí el significado de "río" está dado por sus atributos: la dificultad de encontrar la misma sección de su agua, su carácter de continuo movimiento, su irrecuperabilidad. 

Ahora bien, el juego con el lenguaje, que ya es altamente elaborado, no termina ahí, sino que se enmaraña aún más hasta convertirse en un ovillo: si antes se creaban nuevos significados a partir de significantes iguales, ahora se crean significados iguales, paralelos o correspondientes a través de significantes distintos; ¡hace Borges todo lo
contrario! 

Así, por ejemplo, en "mirar el río hecho de tiempo y agua", el poeta está postulando que hay dos componentes que forman el río: el tiempo y el agua. El primer elemento es inmaterial, abstracto, mientras que el segundo es concreto: el agua. Pero al afirmar que los dos conforman el agua, un objeto material, el poeta está proponiendo la naturaleza material de los dos: agua y tiempo. La asociación igualadora es intelectual. Pertenece a la filosofía. Específicamente a Heráclito, a quien el poeta alude en el último cuarteto del poema. "Nadie puede bañarse dos veces en las mismas aguas de un río", rezaba Heráclito. De esta manera explica el filósofo la continuidad del flujo del tiempo, o el flujo constante de los procesos de la naturaleza, lo que, según Einstein, es la única medida del tiempo abstracto inventado por el hombre (las horas), pero con existencia concreta a través de esos procesos naturales. Sea como fuere, parece poco probable pensar en un río sin pensar en el tiempo ―y  éste ha sido un leitmotif en Borges, por ejemplo en "El otro." Esta afirmación se refuerza en el segundo verso del primer cuarteto: "Y recordar que el tiempo es otro río."  He aquí la equiparación de tiempo y río.

La postulación de significados iguales o paralelos a través de significantes distintos es también una característica de todo el poema, así como en "saber que nos perdemos como el río." Ahora Borges no sólo ha equiparado el tiempo al agua, sino el hombre al río, en virtud de esa asociación intelectual mencionada arriba. Y es que Borges, desde el primer cuarteto, parece estar planteando la finalidad del arte: nuestro recuerdo del río nos hace reflexionar sobre el tiempo, y nuestra percepción del tiempo nos hace pensar en nosotros. Es decir, el arte debe servir para hacer al hombre reflexionar sobre sí mismo, sobre su existencia, su naturaleza. Así lo corrobora en el quinto cuarteto:

A veces en las tardes una cara
Nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
Que nos revela nuestra propia cara.

Entonces, si se mira detenidamente, se puede deducir que el poema, y por extensión la concepción estética de Borges, si se tiene en cuenta que este poema es un arte poética, es esencialmente una paradoja, a veces un oxímoron. Pero no es una sola paradoja o un solo oxímoron: son varias paradojas dentro de varias paradojas. El arte de Borges es como una caja china que tiene múltiples cajas chinas dentro; es un laberinto.

Por ejemplo, en el segundo cuarteto: "sentir que la vigilia es otro sueño", si nos atenemos al significado primario, "vigilia" es lo contrario de "sueño", entonces el tropo sería un oxímoron. Pero ahí no se queda el oxímoron: "Que sueña no soñar" es una antítesis por sí sola, pero dentro del contexto: "la vigilia es otro sueño/ Que sueña no soñar" es una paradoja. Si la función de la paradoja es expresar una verdad antitética, pero que es eso, esencialmente verdadera, entonces se tiene que el concepto filosófico expresado es berkeleyano: no existe la materia; sólo existe nuestra impresión de la materia en nuestra mente. Todo es ilusión. ¡Pero Borges va más allá de Berkeley cuando afirma que ni siquiera el soñador existe!

Como si lo anterior no fuera ya la cumbre de la paradoja que contiene una antítesis, que a su vez contiene un oxímoron, Borges crea paralelamente otra paradoja con características similares a la anterior: "y que la muerte/ Que teme nuestra carne es esa muerte/ De cada noche, que se llama sueño." Por supuesto que para soñar hay que estar vivo, pero para Borges, el sueño es igual a muerte. Y no sólo es eso, sino que además morimos cada día porque soñamos. Pero se debe recordar que la vida arriba también ha sido planteada como un sueño del que cree que está despierto. De esta manera, Borges ha equiparado no sólo vida y sueño, sueño y muerte, ¡sino también muerte y vida!

Cuando, en el sexto cuarteto, Borges describe cómo debería ser el arte:

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
Lloró de amor al divisar su Ítaca
Verde y humilde. El arte es esa Ítaca
De verde eternidad, no de prodigios. 

esto resulta paradójico también, pero en el fondo verdadero: su poema es un prodigio. Pero no lo es sólo por su forma, por ser prodigio, sino por tener una preocupación de eternidad, que a la vez ha sido común a toda la literatura, como la hierba verde a cualquier ciudad. 

De igual manera resulta paradójico el último cuarteto del poema:

También es como el río interminable
Que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
Y es otro, como el río interminable.

Pero, ya a estas alturas del poema, no sorprende la paradoja, sino que se olvida su carácter paradójico para aceptar su carácter de verdad. La estrofa recuerda la comedia que se hizo para ridiculizar a Heráclito en Grecia. Un hombre es llevado al ágora por haber golpeado a otro el día anterior. El acusado reconoce su falta pero arguye que sería injusto castigarlo hoy, puesto que en virtud del transcurso del tiempo, hoy ya es otro; habría que ir al ayer a castigarle. El río de Borges es Heráclito que es el mismo y es otro. Y nada es más materialista que eso, pues reconoce la unidad y lucha de los contrarios: A es no sólo igual a A, sino también a no A. Es igual a su negación.

Con lo dicho hasta aquí, se ha visto que Borges ha creado toda una poética con los mismos semas: agua, sueño, muerte, tiempo, hombre. Es interesante comprobar que Borges ha sido fiel a esa poética no sólo en sus versos sino en prosa. Pero eso ya es tema de otros ensayos. La manera de combinar esos elementos que representan sus leitmotifs es la de crear múltiples tensiones internas por medio de la metáfora, la antítesis, la paradoja y el oxímoron. El efecto buscado es el del laberinto, otro de sus leitmotifs. En todo el poema, el lenguaje cobra vida y magia. Se nota a simple vista que el lenguaje es una preocupación fundamental en Borges, y que éste permite la creación ingeniosa, no los temas tratados. En cierto sentido, la poesía de Borges sería metapoesía, pero por lo menos debe ser suficiente el haber demostrado que este "Arte poética" es su metapoesía. 


Arte Poética
Mirar el río hecho de tiempo y agua
Y recordar que el tiempo es otro río,
Saber que nos perdemos como el río
Y saber que los rostros pasan como el agua.
Sentir que la vigilia es otro sueño 
Que sueña no soñar y que la muerte
Que teme nuestra carne es esa muerte
De cada noche, que se llama sueño.
Ver en el día o en el año un símbolo
De los días del hombre y de sus años,
Convertir el ultraje de los años
En una música, un rumor y un símbolo.
Ver en la muerte el sueño, en el ocaso
Un triste oro, tal es la poesía
Que es inmortal y pobre. La poesía
Vuelve como la aurora y el ocaso.
A veces en las tardes una cara
Nos mira desde el fondo de un espejo;
El arte debe ser como ese espejo
Que nos revela nuestra propia cara.
Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
Lloró de amor al divisar su Itaca
Verde y humilde. El arte es esa Itaca
De verde eternidad, no de prodigios.
También es como el río interminable
Que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
Y es otro, como el río interminable





©  Miguel Zapata Ferreira 

LA CASA DE ASTERIÓN
ISSN:  0124 - 9282

Revista Trimestral de Estudios Literarios
Volumen V – Número 20
Enero-Febrero-Marzo de 2005

DEPARTAMENTO DE IDIOMAS
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - FACULTAD DE EDUCACIÓN
UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO

Barranquilla - Colombia

2 comentarios:

  1. ¡Gracias! Estuve buscando algo así por muchas horas. Es un buen trabajo desde ahora seré un asiduo de esta página. Me encanta Borges.

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